El
verbo ‘blanquear’ tiene diversas acepciones, según nuestro diccionario de la
lengua. Significa, principalmente, pintar algo de blanco, aplicar algún
tratamiento a algo para que parezca más blanco o para que se vuelva más claro.
Pero también se aplica a metales como el oro o la plata. En este caso,
‘blanquear’ se refiere a tratarlos para que recuperen su color, o hacerlos
relucir, sacarles más brillo. En cocina también se utiliza la acción de
‘blanquear’ cuando se cuecen los vegetales, por ejemplo, durante un tiempo
breve y seguido se meten en agua fría. De esta manera, los vegetales no se
oscurecen y mantienen su color original. De manera simbólica, utilizamos el
verbo ‘blanquear’ para referirnos a la acción de legalizar el dinero procedente
de actividades ilícitas, el ‘dinero negro’. Últimamente, sin embargo, podemos
oír o leer en los medios de comunicación un uso de este término que no recogen
los diccionarios aún. En el reciente homenaje a Gregorio Ordoñez, asesinado por
ETA, su hermana acusaba al nacionalismo vasco de blanquear el terror generado por la banda. En otro titular
reciente, se acusaba al PP de Castilla-La Mancha de intentar blanquear a Cospedal, tras su supuesto
intento de tapar la corrupción de su partido. También se acusó a Errejón, a
raíz de unas declaraciones suyas en un programa televisivo, de querer blanquear a Vox. Lo que parece
‘blanquearse’ en estos casos no es algo tangible como el dinero, sino acciones
más bien vergonzantes, que se quieren hacer pasar por buenas cuando en realidad
no lo son.
(Publicado en el suplemento Territorios de El Correo, el 26/01/19)
Léxico de actualidad y no tanto. Etimologías, estructuras y usos de palabras, que generan cierto debate.
domingo, 27 de enero de 2019
domingo, 13 de enero de 2019
A escote
Pagar
a escote, ir a escote… y ahora vivir a escote. Dada la subida de los alquileres,
cada vez son más quienes deciden compartir su piso con otras personas, para que
cada inquilino pueda contribuir con su parte al gasto común de la vivienda y
así poder hacer frente al pago mensual correspondiente. Surge así la expresión
‘vivir a escote’. Pero ojo, que el ‘escote’ en esta frase no tiene nada que ver
con la moda femenina. Procede del fráncico skot
(tributo o impuesto, contribución de dinero), la cual dio lugar a escot en francés antiguo, actualmente écot, y a ‘escotar’ en castellano. Así, escotar
es, según la RAE, pagar la cuota que a cada uno le toque del gasto común. Es
decir, quien paga a escote contribuye a la liquidación de una cuenta común con
la parte que le corresponde. La expresión francesa payer son écot (pagar a escote) apenas se usa, pues resulta algo
literaria, con tintes decimonónicos y, por tanto, poco natural. Además, al
igual que en castellano, el significado de écot
(escotar) no deja claro cuál es la cantidad que debe aportar cada individuo en
el pago común: si lo mismo que el resto o lo que buenamente pueda. De ahí que
en el país vecino se sustituya por expresiones más explícitas como ‘pagar a
partes iguales’, ‘cada uno lo que pueda’ o incluso ‘cada uno lo suyo’. En las
culturas del norte, donde también se practica el pago a escote, cada cual
aporta al conjunto la cantidad que le corresponde: quien consume más, paga más.
Aquí, sin embargo, seguimos practicando el ‘todos por igual’.
(Publicado en el suplemento Territorios de El Correo, el 12/01/19)
(Publicado en el suplemento Territorios de El Correo, el 12/01/19)
domingo, 6 de enero de 2019
Manifestación
Ya vienen los Reyes
y con ellos el 6 de enero celebramos la Epifanía del Señor. Epifanía significa
manifestación, o la ‘manifestación’ del hijo de Dios ante el mundo (pagano). Esta
palabra proviene del latín manifestatio,
y hace referencia a la acción de dar a conocer o poner a la vista. Concretamente,
sus componentes son manus ‘mano’ y festus ‘fiesta’. Se trata, por tanto, de
la acción de festejar algo con las manos; o de otra manera, exponer algo (un
punto de vista, por ejemplo) mediante la gesticulación de las manos. La
celebración de la Epifanía es, por tanto, momento de festejo según nuestra
cultura. Existe otra interpretación del término latino festus, según proponen Alfred Ernout y Antoine Meillet en su
diccionario etimológico del latín. Según ellos, festus significaría ‘hostil, enemigo’, como en infestus, del que derivaría ‘infestar’ o ‘enhiesto’ en castellano.
La expresión infestis pilis (‘con
lanzas hostiles’) empleada en el ejército sería ejemplo de esta acepción. A
pesar de esta doble etimología de uno de sus elementos, el origen de la palabra
‘manifestación’ atiende al primer caso: a la de la celebración y la exposición,
no a la del ataque. En el 2018 han sido varias las manifestaciones de las que
la sociedad se han hecho eco a escala internacional. Para algunos han sido
constructivas y para otros molestas e innecesarias. No cabe duda de que existen
dos formas de interpretarlas. En nuestra mano está el considerarlas dañinas o acciones
positivas que ayuden a mejorar el año que comienza.
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