miércoles, 11 de diciembre de 2019

Palabras

Los tripulantes del narcosubmarino que portaba más de tres toneladas de cocaína y que fue interceptado en aguas gallegas hace un par de semana provocaron el hundimiento del semisumergible al llegar a la costa, para abandonarlo posteriormente, al haber sido descubiertos. Y así lo narraba algún medio de comunicación: la nave ‘hacía aguas’. Lo que en realidad quisieron transmitir es que el submarino se estaba hundiendo, que ‘hacía agua’, no que se hiciera pipí. El cambio del singular al plural de la palabra ‘agua’ fue poco acertado, pues el significado de la expresión que la incluye cambia completamente en función del morfema de número (‘-s’) con el que va. Hay muchas palabras en castellano como ‘agua’, cuyo significado cambia cuando se ponen en plural. No es lo mismo el deber que los deberes, el resto que los restos, el humo que los humos ni la esposa o las esposas. El término ‘palabra’ es también uno de estos casos. Alguien puede ‘tener la palabra’ (tener el turno para hablar) pero no ‘tener las palabras’ (no saber qué decir). El plural puede marcar una diferencia. En una época en la que, aparentemente, tener más es sinónimo de grandeza y poderío, el singular prevalece ante el plural, al menos en el caso de la palabra. Tiene, sin duda, más peso ‘la palabra’ de alguien notorio que ‘sus palabras’; al fin y al cabo, estas se las lleva el viento. La primera es sinónimo de compromiso, de ofrecimiento y promesa; las segundas de voces, expresiones y verbos (acciones), todas más efímeras, pasajeras. Palabras de filóloga.

(Publicado en el suplemento Territorios de El Correoel 7/12/19)