lunes, 9 de marzo de 2020

Eres un crac

Crac es la onomatopeya usada para emitir el sonido de algo que se quiebra o se cuartea. Cuando la tierra se seca y se abre o cuando sale una grieta en una pared, se oye ‘crac’. También hacemos crac al abrir una lata de refresco o al cascar una nuez. Se trata de un préstamo del inglés («crack»), cuyo origen germánico se asocia a la acción de ‘retumbar’ y deriva en la forma inglesa como verbo que significa ‘romper, quebrar o golpear’. De manera figurada, se utiliza para identificar una caída repentina del mercado financiero, como el desplome de la bolsa estadounidense («Crack del 29») y posee connotaciones negativas que, curiosamente, eliminamos en el castellano. Asociamos este anglicismo a la idea de ruptura con lo establecido y a la superación de los límites. Por eso, decimos que alguien ‘es un crac’ cuando lo consideramos un fuera de serie, es extraordinario o hace algo increíble. No obstante, parece que hoy ya todo el mundo es un crac y así lo manifestamos, «eres un crac», convirtiendo la expresión en una coletilla. Cada vez que expresamos algo sin tapujos, o si realizamos un trabajo de manera eficiente, si contamos un chiste que nos hace reír o nos acordamos de hacer ese pequeño gesto que sabemos agradará a alguien, somos unos cracs, en lugar de valientes, aplicados, divertidos o considerados. Es la onomatopeya de moda.

(Publicado en el suplemento Territorios de El Correo el 7/03/20)