martes, 20 de octubre de 2020

Okupa

La primera acepción del verbo ocupar en el DRAE es ‘tomar posesión o apoderarse de un territorio, de un lugar, de un edificio, etc., invadiéndolo o instalándose en él’. Ya en una primera lectura pueden destacarse dos términos, ‘apoderarse’ e ‘invadiéndolo’, que evocan agresividad y resultan belicosos. Si, además, sustituimos la c por una k contracultura, símbolo unamuniano de idealismo, juventud y modernidad, la acción se convierte en ‘okupar’ y subraya, así, su afán de movimiento contra corriente, pese a quien pese.

Imagen de Johannes Wünsch en Pixabay

Parece claro, entonces, que cuando se señala a alguien bajo el término de ‘okupa’, con k ─la grafía originaria representaba una mano abierta, curiosamente─, se le asocia de manera inmediata con un determinado colectivo. Los okupas toman viviendas o locales deshabitados y se instalan en ellos sin el consentimiento de los propietarios, a veces por necesidad, otras como gesto de protesta político-social, a modo de reivindicación contra la propiedad privada o para denunciar la especulación inmobiliaria. Últimamente, el término okupa ha visto ampliado su significado, en boca de algunos, llegando a designar a quienes no pueden seguir pagando su alquiler y siguen apoderándose de la vivienda e invadiéndola, aferrándose a ella, si bien una vez tuvieron el consentimiento del propietario para ocuparla.

(Publicado en el suplemento cultural Territorios de El Correo, el 17/10/20)