domingo, 28 de abril de 2019

Propinar


A pesar de ser un verbo utilizado casi exclusivamente con argumentos violentos como patadas, puñetazos, golpes y palizas, deriva del sustantivo ‘propina’: lógico, pero curioso, pues se trata de un término bastante más positivo y esperanzador. Propinar significa ‘ofrecer una propina’, es decir, una gratificación extra a modo de recompensa por algún servicio prestado. Si atendemos a su origen latino, la propina se refería a la comida y la bebida que se ofrecía a los asistentes a una junta. Esa ofrenda inicial se redujo, con el tiempo, a la bebida o el trago con el que se invitaba a alguien a brindar antes de algo, mostrando un momento de celebración. El significado etimológico de ‘propinar’, por tanto, se asocia al acto de ‘dar a beber’ ─la propina en francés se dice «pourboire» (para beber), por ejemplo─ con la connotación de ‘antes de’ algo. Esta idea de anticipación también aparece cuando se utiliza la palabra ‘propina’ como sinónimo de soborno: se paga a alguien por adelantado para que lleve a cabo una acción (ilegal). En medicina, ‘propinar’ se ha utilizado de manera restringida, con el significado técnico de ‘administrar’. Si bien es cierto que en muchos manuales médicos se sugería propinar medicamentos, curas o pociones, también se aconsejaba propinar purgas, sangrías, sanguijuelas… «ofrendas» no tan bien recibidas y bastante virulentas. Es en esta línea en la que hoy día se propinan insultos y golpes, bajo un registro irónico, cuanto menos. Nadie ha de recibir semejantes dádivas: ni celebran, ni ayudan a mejorar.


(Publicado en el suplemento Territorios de El Correoel 19/04/19)

No hay comentarios:

Publicar un comentario