domingo, 9 de diciembre de 2018

Menas

Se anunciaba la pasada semana que el número de ‘menas’ llegados a Bizkaia este año multiplicaba por siete las cifras de 2015. La noticia se refería a los niños y adolescentes en situación de desamparo, provenientes de países vecinos (principalmente Marruecos y Argelia), registrados en los centros de menores de nuestro territorio y cuya única tutela queda a cargo de la Diputación. Se puso de manifiesto así, una vez más, el constante dinamismo de la lengua y su poder de adaptación ante las nuevas exigencias de nuestro entorno social. Si hace poco se matizaba la preferencia del término ‘migrantes’ para denominar a quienes dejan su país de origen en busca de un futuro mejor, ahora se acuña una voz que denomina a aquellos que son menores de edad y que viajan solos. Antes eran ‘menores migrantes’, o ‘hijos de las pateras’; ahora tienen su propia voz: se trata de menores extranjeros no acompañados, conocidos como MENA. Con el uso, las siglas en una lengua acaban por lexicalizarse, es decir, se adoptan como palabras comunes de nuestro repertorio con toda naturalidad. Este ha sido el caso de OVNI o PyME por ejemplo (‘los ovnis’ y ‘las pymes’). Durante un tiempo prevalecen las siglas, compuestas por las iniciales de los términos a los que hacen referencia. Pero con el uso, esas siglas se convierten en sustantivo y su significado se concreta, recogiendo los conceptos de las palabras que conformaban las siglas. Si el término ‘mena’ cala en la sociedad, será lógico verlo pronto en el diccionario. El proceso natural de la lengua.

(Publicado en el suplemento Territorios de El Correoel 8/12/18)

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