En foros sobre coches, en blogs de
aficionados al ‘running’ o, sobre todo, en declaraciones de deportistas y
entrenadores ante los medios, hoy todos parecen ir ‘a full’ o ‘a ful’ en su
versión castellanizada: ‘a tope’, ‘a todo gas’, ‘a muerte’, ‘a por todas’. Esta
expresión también invade páginas web sobre música moderna o videojuegos,
incluso nuestras ‘trendsetters’ (pioneras de la moda) y los más ‘hipster’ (los
nuevos ‘modernos’) van ‘a ful’ con las nuevas tendencias; así dejan constancia
de ella en las redes sociales. Si el adjetivo ‘full’ en inglés quiere decir
‘lleno, completo’, la expresión creada mediante esta palabra precedida por la
preposición castellana ‘a’ resulta ser una fórmula rápida y efectiva para
expresar que se hace algo con total dedicación o intensidad. Rápida, por su
brevedad al pronunciarla; y efectiva porque con solo un par de sílabas (a +
ful) y recayendo el peso del acento en la sílaba final, se transmite, quizá,
toda la potencia que pretende denotar esta expresión. Cualquier versión
castellana equivalente parece no tener la misma energía desbordante. La frase
‘ir a ful’ implica poner el máximo empeño en la realización de algo. Una vez
más, una palabra anglosajona se ha colado en nuestro repertorio y ha creado
esta locución híbrida que se utiliza principalmente en nuestra lengua oral. Por
eso no está claro cómo debe escribirse, si manteniendo la grafía inglesa, con
dos eles, o ‘a ful’, como ya la representan en muchas partes de América, según
recoge el Diccionario de americanismos de ASALE.
(Publicado en el suplemento Territorios de El Correo, el 13/10/18)
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